viernes, 27 de marzo de 2015

Viernes de Dolores


En la tarde de hoy se celebró la misa en conmemoración a los dolores que sufrió la Virgen María al ver a su hijo Jesús ser entregado y crucificado. Es por eso que la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en el estado Barinas específicamente en el sector la cumbre de ciudad Varyna. Recuerda ese trago amargo que ambos pasaron donde marca un antes y un después, recordándonos que por sus heridas fuimos todos curados  y que por su sangre nos ha librado de la muerte para darnos vida en abundancia.

Para aquellas personas que no saben el significado de esta celebración le dejaremos un  material que te ayudara a comprender. 


Viernes de Dolores: Según los datos que se han colectado en torno a esta celebración se dice que un día como hoy se conmemora los sufrimientos que tuvo la Madre de Cristo durante la Semana Santa.Las escrituras afirman que son siete los dolores de la Virgen María, entre ellos están:  

  1.  No encontrar albergue para tener a su hijo.
  2.  Salir con él a Egipto.
  3.  Perderlo.
  4.  Enterarse de que una espada atravesará su alma.
  5.  Saber que tenía sentencia de muerte.
  6.  Acompañarlo al calvario, verlo crucificado.
  7.  Verlo sepultado.

Orígenes

Esta antigua celebración mariana tuvo mucho arraigo en toda Europa y América, y aún hoy muchas de las devociones de la Santísima Virgen del tiempo de Semana Santa, tienen su día festivo o principal durante el Viernes de Dolores, que conmemora los sufrimientos de la Madre de Cristo durante la Semana Santa.

El Concilio Vaticano II consideró, dentro de las diversas modificaciones al calendario litúrgico, suprimir las fiestas consideradas "duplicadas", esto es, que se celebren dos veces en un mismo año; por ello la fiesta primigenia de los Dolores de Nuestra Señora el viernes antes del Domingo de Ramos fue suprimida, siendo reemplazada por la moderna fiesta de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de septiembre. Aún así, en la tercera edición del Misal Romano (2000), hay un recuerdo especial a los Dolores de la Santísima Virgen en la celebración ferial de ese día, introducida por San Juan Pablo II.

La Santa Sede y las normas del Calendario Litúrgico contemplan que, en los lugares donde se halle fervorosamente fecunda la devoción a los Dolores de María y en sus calendarios propios sea tenida como fiesta o solemnidad, este día puede celebrarse sin ningún inconveniente con todas las prerrogativas que le son propias. (Cf. Tabla de los días Litúrgicos, Misal Romano)

La oración a los Dolores de María es:

La profecía de Simeón (Lc. 2: 22-35). ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este niño está puesto para ruina y resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”.

La persecución de Herodes y la huida a Egipto (Mt. 2, 13-15). ¡Oh Virgen querida! Quiero acompañarte en las fatigas, trabajos y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner a salvo la vida del Niño Dios.

Jesús perdido en el Templo, por tres días (Lc. 2, 41-50). ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pasar y calcular el tormento que ocasionó la pérdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me sirva de holocausto y agradecimiento para contigo.

María encuentra a Jesús, cargando con la Cruz (Vía Crucis, 4ta. estación). Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado, cargado con la cruz que se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor.

La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Jn. 19, 17-30) María, Reina de los mártires: el dolor y el amor son la fuerza que los lleva tras Jesús, ¡Qué horrible tormento al contemplar la crueldad de aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos del Salvador! Todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias.

María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc. 15, 42-46). Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos? Por este dolor te pido, Madre mía, morir entre tus brazos.


La sepultura de Jesús (Jn. 19, 38-42) Acompañas a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta, tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque él murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas. Madre mía perdón, misericordia.


Pidamos a la virgencita que nos de fuerza para vencer todos los altibajos que se nos presentan a lo largo de nuestra vida, y que podamos ser pacientes y perseverantes en la fe, viviendo una vida en plenitud con Dios.

Que esta Semana Santa nos sirva de reflexión y que podamos ser Evangelio Vivo, actuando conforme a la voluntad de Dios. 


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