Según
las define Juan Pablo II en RM51, son un fenómeno de rápida expansión en las
jóvenes Iglesias, promovido, a veces, por los Obispos y sus Conferencias como
opción prioritaria de la pastoral, y que están dando prueba positiva como
centros de formación cristiana y de irradiación misionera. Se trata de grupos
de cristianos a nivel familiar o de ámbito restringido, los cuales se reúnen
para la oración, la lectura de la Escritura, la catequesis, para compartir
problemas humanos y eclesiales de cara a un compromiso común. Son un signo de
vitalidad de la Iglesia, instrumento de formación y de evangelización, un punto
de partida válido para una nueva sociedad fundada sobre la "civilización
del Amor".
Estas
comunidades descentralizan y articulan la comunidad parroquial a la que
permanecen siempre unidas; se enraízan en ambientes populares y rurales,
convirtiéndose en fermento de vida cristiana, de atención a los últimos, de
compromiso en pos de la transformación de la sociedad. En ellas cada cristiano
hace una experiencia comunitaria, gracias a la cual también él se siente un
elemento activo, estimulado a ofrecer su colaboración en las tareas de todos.
De este modo, las mismas comunidades son instrumento de evangelización y de
primer anuncio, así como fuente de nuevos ministerios.
En
efecto, toda comunidad, para ser cristiana, debe formarse y vivir en Cristo, en
la escucha de la Palabra de Dios, en la oración centrada en la Eucaristía, en
la comunión expresada en la unión de corazones y espíritus, así como en el
compartir según las necesidades de los miembros (cfr Act 2, 42-47).
(RM51)
Nacen
de la necesidad de vivir todavía con más intensidad la vida de la Iglesia; o
del deseo y de la búsqueda de una dimensión más humana que difícilmente pueden
ofrecer las comunidades eclesiales más grandes, sobre todo en las metrópolis
urbanas contemporáneas que favorecen a la vez la vida de masa y el anonimato.
Pero igualmente pueden prolongar a nivel espiritual y religioso -culto, cultivo
de una fe más profunda, caridad fraterna, oración, comunión con los Pastores-
la pequeña comunidad sociológica, el pueblo, etc. O también quieren reunir para
escuchar y meditar la Palabra, para los sacramentos y el vínculo del Agape,
grupos homogéneos por la edad, la cultura, el estado civil o la situación
social, como parejas, jóvenes, profesionales, etc., personas éstas que la vida
misma encuentra ya unidas en la lucha por la justicia, la ayuda fraterna a los
pobres, la promoción humana, etc. O, en fin, reúnen a los cristianos donde la
penuria de sacerdotes no favorece la vida normal de una comunidad parroquial.
Todo esto, por supuesto, al interior de las comunidades constituidas por la
Iglesia, sobre todo de las Iglesias particulares y de las parroquias. (EN58)
Desde
el Concilio, las comunidades eclesiales de base han florecido un poco por
todas partes, pero sobre todo en América Latina. La II Conferencia
del Episcopado Latinoamericano (1968) vio en la comunidad eclesial de
base la concreción de la eclesiología de comunión pedida por el Concilio,
la consideró como el «primero y fundamental núcleo eclesial» y dejó
aprobado lo siguiente: «La vivencia de la comunión, a la que ha sido
llamado, debe encontrarla el cristiano en su comunidad de base, es decir,
una comunidad local o ambiental, que corresponda a la realidad de
un grupo homogéneo, y que tenga una dimensión tal que permita el trato
personal fraterno entre sus miembros. Por consiguiente, el esfuerzo
pastoral de la Iglesia debe estar orientado a la transformación de esas
comunidades en familia de Dios, comenzando por hacerse presente en ellas
como fermento mediante un núcleo, aunque sea pequeño, que constituya
una comunidad de fe, de esperanza y de caridad. La comunidad
cristiana de base es así el primero y fundamental núcleo eclesial, que
debe, en su propio nivel, responsabilizarse de la riqueza y expansión de
la fe, como también del culto que es su expresión. Ella es, pues, célula
inicial de estructuración eclesial, y foco de evangelización, y actualmente
factor primordial de promoción humana y desarrollo.
IV Etapa de Ciudad Varyna
sector La Cumbre Parroquia Ato Barinas, Municipio Barinas del Estado Barinas
Venezuela
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