Cuenta la historia que para el año de 1610, la población de la Grita en el estado Tachira sufre una catástrofe enorme, la población queda totalmente destruida a causa de un terremoto por tal motivo los frailes franciscanos que habitaban en el sector se trasladaron a un campo llamado Tadea. Entre ellos se encontraba un escultor, quien la historia lo recuerda como el Fray Francisco.
Él al ver la destrucción que ocurrió en cuestiones de segundo y aterrorizado con el terremoto decide ofrecer a Dios, una ofrenda la cual consistía en hacer una imagen del crucificado para rendirle culto especial y así consagrarle la nueva ciudad.
Días después de haber comenzado el trabajo de tallado sobre un gran tronco de cedro, pudo ver lo que al parecer era ya una figura humana, pero no tenia la técnica de poder realizar trazos que caracterizaran el gran sufrimiento de Cristo padecido en la cruz. Una tarde el Fray Francisco al ver que no podía interpretar aquella dolorosa expresión de Cristo se da por vencido y deja de trabajar y se puso a orar. Cuenta la historia que el Fray entra en un estado de éxtasis profundo y cuando vuelve en sí, se da cuenta que había pasado muchas hora, ya había anochecido, cuando de pronto oyó que en la pieza de su trabajo golpeaban los formones y el raedor pasaba por las fibras de la madera.
Se acercó y algo como una figura humana envuelta en una esplendorosa luz, salió a través de la puerta, dejándolo casi siego. Al amanecer durante la oración matinal le cuenta la experiencia vividas a sus hermanos, quienes asombrados decidieron ir al lugar donde estaba la imagen la cual encontraron ya terminada.
El Fray Francisco al ver lo sucedido comenzó a llorar de alegría; ya que en aquella luz enseguesodora había encontrado los rasgos de Cristo en la cruz. Esa imagen creada por este Fray es conocida en la actualidad como el Santo Cristo de la Grita, quienes fieles y devotos visitan todos los años para agradecerle por los favores y milagros concedidos a todo aquel que le busca.
Experiencia de vida de una joven mujer, la cual es un ejemplo a seguir, están son sus palabras:
Génesis Jimenes cuenta con tan solo 19 años de edad, dice que gracias a él ha podido vivir alegre, Soy un milagro de Dios. Desde muy pequeña me diagnosticaron una enfermedad conocida como Lupus, estuve por mucho tiempo internada en el Hospital de San Cristobal edo Tachira, allí un día amanecía bien otro día amanecía mal y esa era ya mi vida, mi madre y mi familia siempre han sido católicos ellos me animaban y decían que Dios haría el milagro en mi, un día en mis oraciones le prometí al Santo Cristo de la Grita que si me ayudaba a salir de este hospital, caminaría con fervor y devoción todas sus procesiones, posteriormente fueron transcurriendo los días, mi estado de salud fue mejorando hasta que gracias a Dios salí del hospital, es por eso que todos los años le visito y busco cada día entregar mi vida al servicio de Dios. A pesar de que no me puedo mojar con agua de lluvia, no me puedo exponer al sol de forma prolongada, no puedo salir por mucho tiempo con mis amigos, le agradezco porque a pesar de todo vivo mi vida feliz con Dios.
Es por ello que hoy le hago un llamado a todos los jóvenes a que no desperdicien sus vidas en cosas vanas, que busquen a Dios y verán que encontraran la verdadera paz y felicidad que solo él puede dar. Actualmente estudio Contaduría Pública en la Unellez Barinas y trabajo con los jóvenes del Grupo Maranatha en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Ciudad Varyna, como vez ni el tiempo ni la llovizna me paran para seguir sirviendo a Dios, es por eso que estoy acá acompañando esta procesión del nazareno en este año. Además siempre animo a todos los jóvenes de la parroquia a que no tengan miedo; si el mundo y sus amigos los rechazan o si lo juzgan por amar a Dios, que sigan a delante y que ellos para Dios son uno.
Sigamos pues el camino de Cristo Resucitado ya que con él tenemos Paz, Amor y protección en medio de tantos problemas o situaciones que nos rodean.
Oración al Santo Cristo de la Grita
Él Santo Cristo de la Grita para mi es Amor y Misericordia