miércoles, 30 de septiembre de 2015

Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe celebró Semana de la Catequesis

Bajo el lema “Se Testigo Levántate y Camina”, los catequistas celebraron durante una semana su ardua labor de transmitir la fe para todo el mundo.



En la semana del 21 al 27 de septiembre del 2015 en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Ciudad Varyna, se llevó a cabo celebración con motivo de la semana de la catequesis, dicha actividad estuvo presidida por los Pbros. Tony Quintero y José Peroza. Durante el desarrollo de las actividades se dio a conocer la importancia de la catequesis parroquial la cual es punta de lanza para el trabajo encomendado por nuestro señor Jesucristo, que es el de proclamar por todo el mundo la Buena Nueva de salvación, misión que para muchos es difícil de cumplir cuando pensamos que somos débiles, pero con oración, amor y caridad el Espíritu Santo nos ayuda a solo depender del poder de Dios quien es el que hace todas las cosas imposibles en posibles.


Durante el mensaje dominical el Pbro. Tony Quintero expresó que “Los catequistas constituyen un regalo para la iglesia y son pieza clave para la transmisión de la fe en todo el mundo, ya que ellos, van transmitiendo de generación en generación el amor a Cristo, llevando a sus hermanos a participar en la Gracia que Dios da en los sacramentos”, acción que conlleva al proceso de conversión del hombre rescatando consigo familias enteras dispuestas a trabajar por amor a la causa de Cristo, así mismo exhortó a seguir adelante con el hermoso trabajo que han venido realizando en nuestra parroquia y animó a todos los bautizados a unirse a esta gran misión a la cual estamos llamados. 


Cabe destacar que durante el cierre de estas actividades, los catequistas con su lema *Sé Testigo Levántate y Camina* realizaron su profesión de fe y se comprometieron ante Dios a seguir llevando alegría a los corazones de las personas y juntos rezaron: “Yo movido por divina inspiración, quiero colaborar con Jesús en la construcción del reino de Dios, llevando el mensaje de salvación a los catequizando que se me encomienden. Por eso, en estos momentos, ante la mirada amorosa del Padre Dios, de su hijo Jesucristo, del Espíritu Santo y de esta Comunidad Eclesial, quiero comprometerme a ser catequista. Asumo con alegría esta responsabilidad siendo consciente de que esta tarea me traerá gozo sacrificios y sufrimiento. Pero sé también que contaré siempre con la ayuda de Dios.


Que la intercesión de la Virgen María me ayude a llevar a buen término esta

misión, que Jesús y la Iglesia me confían” Amen. Una vez culminado este acto de aceptación y humildad, el Pbro. Tony Quintero encendió sus lámparas como símbolo de la luz de Cristo que llevaran a todas las comunidades y personas que necesitan de la luz y del amor de Dios, quienes serán los hijos e hijas de Dios llamados para conformar el cuerpo de Cristo que es la Santa Iglesia. De esta manera culmina esta hermosa celebración en la que todos los fieles de esta parroquia fuimos testigos durante toda la semana, llena del amor y bendición de Dios.








martes, 22 de septiembre de 2015

Catequesis Parroquial

La catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo resucitado, antes de volver al Padre, dio a los Apóstoles esta última consigna: hacer discípulos a todas las gentes enseñándoles a observar todo lo que Él había mandado. El les confiaba de este modo la misión y el poder de anunciar a Los hombres lo que ellos mismos habían oído, visto con sus ojos, contemplado y palpado con sus manos, acerca del Verbo de vida.” (Catechesi tradendae, Exhortación de Juan Pablo II sobre la catequesis 16 de octubre 1979, Nº 1).


Se dice con frecuencia que los padres de familia son los primeros y principales educadores de la fe de sus hijos. Ellos han de encargarse de guiar los primeros pasos, en el proceso de fe de esos niños, quienes empiezan por descubrir la realidad que les rodea. Luego los padres que cumplen con su deber enseñan a sus niños a conversar con Dios, a darle gracias por el don de la vida, la salud, el hecho de tener una familia, etc. Les enseñan a pedir perdón por los errores que cometemos y a pedirle las gracias que necesitamos para caminar por el camino del bien.

Pero cuando los niños han adquirido uso de razón, los padres deben inscribir a sus hijos en la catequesis parroquial. La Catequesis Parroquial, tiene la misión de prolongar la “catequesis familiar” no de sustituirla, aunque muchas veces es la única que reciben los niños (as). Sin embargo, hay personas que no tienen muy claro el panorama sobre lo que significa la catequesis parroquial: ha de ser comprendida como un PROCESO. Esto quiere decir que no preparamos para los sacramentos, sino que los niños (as), adolescentes son iniciados a la VIDA CRISTIANA y esto supone una forma de pensar, un credo que confesar, un modo de relacionarnos con Dios a través de la oración, un estilo de vida diferente. Además, este proceso comprende los Itinerarios en Iniciación Cristiana: 


“En la catequesis hay un primer tiempo para escuchar, que hace posible a los cristianos entrar en diálogo con la Iglesia que transmite la palabra de Dios. Segundo tiempo, para transmitir. El acto de la catequesis consiste propiamente en transmitir la palabra de Dios, lo que no equivale a transmitir una mera enseñanza. Aquí es precisamente donde el hombre empieza a dialogar con Dios a través de la búsqueda del sentido profundo de su existir. El catequizado y el catequista juntos van descubriendo el misterio de salvación que está en el corazón mismo de la existencia humana y que se ha manifestado en el acontecimiento de la encarnación y de pascua de Jesucristo”. 


Pero es necesario que reflexionemos en la importancia que tiene este proceso de enseñanza-aprendizaje. No es suficiente que los padres inscriban a los niños en la parroquia para recibir la formación cristiana para hacer los sacramentos de la Reconciliación y Eucaristía, después desaparecer hasta la catequesis de Confirmación, o ya para siempre. Los niños a quienes lo padres les permiten o les imponen esto, necesariamente tendrán una formación cristiana del todo deficiente. Es imprescindible recorrer todo el proceso, para que puedan recibir una síntesis de la fe cristiana y una visión de conjunto de la misma. ¿Puede afirmarse que los padres que permiten la ruptura del proceso catequético, o lo rompen ellos, cumplen con su deber de educador de la fe de sus hijos? Con el máximo respeto hay que decir que no.


Es conveniente que también ellos se integren a este proceso formativo; que se preocupen por aprender junto a sus hijos lo que los catequistas les van compartiendo. Es indispensable que también los padres de familia participen en la catequesis familiar, que asistan a las reuniones de padres de familia, y lo que es más importante, ayuden a sus hijos en el cumplimiento de las tareas, deberes y trabajos. Muchas de estas tareas son compartidas y se prestan para realizar un trabajo complementario entre padres e hijos.


Por otro lado, también es importante que los catequistas estén convenientemente preparados, tengan continuidad y perseverancia, y participen en convivencias, encuentros, talleres, etc. No han de conformarse con ceñirse a lo que trae el texto de catequesis, sino que convendría que prepararan temas complementarios, que son de mucha utilidad para los niños y adolescentes, cuyos valores les servirán para toda la vida. No viene mal recordar que la formación que se recibe en la niñez y en la adolescencia constituye la base del aprendizaje de una persona. Puede afirmarse que la catequesis parroquial es uno de los espacios más fundamentales dentro de la tarea de evangelización que realiza la Iglesia.


Los catequistas y sacerdotes han de tener siempre presente que El Gran Catequista que actúa, por medio de ellos, es el Espíritu Santo, al que hay que saber oír en la oración, y obedecer con la fuerza de los sacramentos.

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