domingo, 2 de abril de 2017

El Servicio y la Institución del Sacerdocio y de la Eucaristía (Jn 13)



En el Evangelio de San Juan vemos que Jesús decide lavarle los pies a sus discípulos, muchos de ellos no entendían este misterio, pero ahora podemos entender que con esta acción Él nos ofrece un testimonio de verdadera vocación al servicio para con Dios, para con el hermano (a), para con la Iglesia; por lo que estamos llamados a preservar en nosotros la fe, el amor y el servicio.


Por tal razón, se nos muestra como Cristo rompe el esquema que conocemos y nos presenta que ante Dios todos somos iguales, no hay nadie más grande sino Dios, a quien debemos de reconocerle en el otro y que le amamos a través de nuestras acciones ayudando al hermano. 


Por lo que en este evangelio se evidencia que antes de que Jesús instituyera la Eucaristía, vemos latente el don de servicio, el cual debe estar en el corazón y en la práctica de todo cristiano. Con esto queda muy clara la misión de la Iglesia en el mundo: servir. "Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros" (Jn 13, 15). La Iglesia siguiendo el ejemplo de Cristo está al servicio del mundo. Por tanto, todos aquellos que formamos parte de la Iglesia estamos llamados a servir a los que nos rodean.


Por ello el don inefable del amor presentado por Dios para con nosotros, deberá convertirse en nuestras vidas en servicio que dé testimonio de la presencia viva de Cristo en nosotros. Por lo tanto el egoísmo del hombre debe ser vencido con la entrega generosa hacia los demás; debido a que en el servicio reside la verdadera clave de la felicidad, de la unión y de la hermandad. 


Más adelante vemos también que además del servicio, instituye el Sacerdocio ya que Él confiere a sus apóstoles su propia misión, especialmente el consagrar el pan y el vino, el cual es su Cuerpo y Sangre para remisión de los pecados al decir "haced esto en memoria mía". A partir de ese momento estos hombres se hacen copartícipes de la misión de Cristo: salvar al hombre por medio de la entrega total al servicio a Dios. 


Ya para concluir debemos tener presente cómo San Juan nos lustra esta hermosa historia en la que se atribuye el don del servicio al hombre, y se instituye el Sacerdocio y la Eucaristía, la cual debemos vivir diariamente y con amor, puestos los ojos en aquel que nos llamó a su gloria eterna y que a través de la labor humilde de sus siervos podamos acércanos al Padre y acercarnos al prójimo, para así vivir en una comunidad de amor, en la que podamos perseverar juntos en la fe y en la esperanza de que Dios, a través de Jesús perdonó todas nuestras culpas y que hoy podemos acércanos a Él gracias al Sacramento de la Confesión la cual es inferida a través de los sacerdotes. Hoy más que nunca cuando vemos nuestro mundo con tantas divisiones pidamos a Dios para que nos de muchos sacerdotes santos que vivan con fidelidad y entrega total al servicio de Cristo, del Prójimo y de la Iglesia.



Escrito Por: Juan Cedeño








0 comentarios :

Publicar un comentario

Vistas de página en total