viernes, 4 de noviembre de 2016

Vivir en Familia bajo la Fe Católica

En la actualidad vivimos en una sociedad dividida por diversas razones, ya sea por lo económico, por lo político, por lo religioso o simplemente porque no conocemos a Dios. Es por ello que en muchas partes del mundo hay guerras, enemistades, pleitos lo que desencadena muchas veces en el derramamiento de sangre, por lo que es tiempo de hacer un alto y como familias católicas debemos fortalecer la fe, el amor y el servicio al prójimo para vivir en un mundo mas tolerante, respetuoso y sobre todo en unión familiar; ya que solo así podremos vencer tantas diferencias logrando vivir e imitar a la Sagrada Familia de Nazaret. 

Podemos observar bajo la luz de la palabra que la virgen María acepta con humildad y obediencia la voluntad de Dios al igual que su esposo San José, ellos ante esta gran misión pudieron decirle a Dios que no; pero convencidos de aquel en quien habían creído decidieron aceptar su gran misión que daría paso al ejemplo universal de familia; es decir, podemos palpar y seguir ese maravilloso ejemplo de amor, solo debemos entregarnos por completo a Dios para que sea él quien haga su voluntad en nuestra vida y entregarle así mi familia; hoy estamos llamados a educar a nuestras familias bajo el amor de Dios ya que solo así se podrán tener familias sólidas en la fe católica, familias que marcan las diferencia, familias que viven y profesan el amor, la unión que proviene de Dios. 

Tal cual como esta escrito en la Biblia "...Mi familia y yo serviremos al Señor" (Jos 24:15); cuando hacemos presente a Cristo en nuestras vidas y lo hacemos nuestro estilo de vida, siguiendo e imitando a la Sagrada Familia de Nazaret nos convertimos en verdaderas familias cristianas, que con defectos y errores somos capaces de reconocer 1.- que somos pecadores antes Dios; 2.- que mi felicidad depende de si sigo la voluntad de Dios para con mi vida, 3.- ser practicante del Amor que viene de Dios, ya que sin amor nada soy.

Cuando por ejemplo 
tenemos
 una familia muy deteriorada, que vive en pleitos, intolerantes, irrespetuosos, con graves problemas de conductas. Pero se levanta uno de sus miembros y hace presente a Cristo en ella, y persevera en este esfuerzo, la irá transformando poco a poco por la Comunión de los Santos.

Ese miembro de la familia sabe que por sí solo, nada puede. Pero que unido a Cristo, todo lo puede alcanzar tal como lo dice Filipenses 4:13. Y que la vía para ser imitadores de Dios como hijos amados es ser practicantes de la oración personal y frecuentar los sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía.

Pero el cristianismo no termina allí en la práctica de la oración y de los sacramentos. Es ir mas allá,  llevando por el mundo la fe cristiana, la cual se exterioriza en el cristiano a través de sus frutos, es decir, la palabra se convierte en su estilo de vida por lo que sus actos predican por sí solos el amor de Cristo Salvador. Por lo que se convierte en ejemplo constante de la sinceridad, la generosidad, la laboriosidad, la alegría y otras muchas virtudes humanas, las virtudes morales, la prudencia, que es la principal, y también la justicia, la fortaleza y la templanza, y las virtudes teologales fe, esperanza y caridad, entre las cuales destaca la virtud más perfecta, que es la caridad.

Hacer presente a Cristo en la vida familiar es vivir la caridad de muchos modos, la mayor parte de los cuales pasan desapercibidos a los ojos de los hombres. Pero a los ojos de Jesucristo, la caridad despierta en él una sonrisa. Una alegría profunda porque ve el amor que se pone en esas cosas pequeñas.

Mas allá de ser reconocido públicamente, es poder ser testigo de Dios y practicantes de su amor para con el prójimo, logrando transformar vidas y logrando alcanzar pecadores para Cristo Jesús, el cual es el único camino que nos conduce al Padre. Con Dios podemos transformar esta sociedad porque seremos capaces de ser humildes de corazón, cooperando a la unión familiar, rescatando consigo valores éticos morales, valores que nos identifican como verdaderos humanos pensantes y oprimiendo los deseos carnales y llevándolos así cautivos a la obediencia a Cristo. He allí el verdadero secreto para rescatar a los pueblos y unir en paz a las naciones, rescatemos nuestras familias para Cristo y veremos la diferencia.    

Realmente la Sagrada Familia es un modelo admirable a seguir.








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